Mientras la prensa distrae a la opinión pública con el escandalete de la bailarina sobre la bandera, se han llegado a límites al comparar la infeliz sesión de fotos con usar como tampax los símbolos patrios o usarlos como papel higiénico (Florez Aráoz y Cabanillas lo afirmaron), pero no opinaron igual del contubernio aprista-fujimorista en el congreso para elegir al impresentable Velásquez Quesquén como presidente del congreso
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