Me disponía a ver tranquilamente la premiación de los oscar, cuando esta ingrata noticia me tomó de sorpresa. Eliane Karp reveló el escándalo en un programa periodistico local, la universidad de Yale no devolveria las piezas Inca que tiene en su poder desde hace un siglo y sería una farsa el anuncio del gobierno aprista sobre la devolución de 350 piezas que la universidad tiene en su poder para "investigar". Lo más grave Yale pretendería quedarse con este legado por ¡99 años más! ... a continuación la carta de la señora Karp donde denuncia el hecho.
Yale se niega a devolver tesoros de Machu Picchu
“Cuando en setiembre pasado el Presidente Alan García llegó a un acuerdo preliminar con la Universidad de Yale sobre la disposición de más de 350 elementos sustraídos de Machu Picchu, esta parecía una gran idea. Todos tuvimos la esperanza de que este entendimiento entre las partes se convirtiera en un logro importante en medio de la turbulencia de la cooperación internacional.
Los reportes periodísticos sugirieron entonces que Yale devolvería más de 350 bienes de museo de alta calidad, además de muchos miles de fragmentos, considerados de interés principalmente para los investigadores especializados -todos los cuales fueron retirados del encumbrado complejo arqueológico Inca hace casi un siglo- y que la propiedad legal de todos ellos, incluidos los que Yale conservaría, pasarían a pertenecerle al Perú.
Pero al haber tenido acceso por fin a una copia del acuerdo, he podido comprobar que Yale continua negándole al Perú su derecho a ser propietario de su patrimonio cultural, algo que el Perú ha venido reclamando desde 1920.
Cuando en 1912, 1914 y 1915, el explorador Hiram Bingham III excavó los tesoros de Machu Picchu -jarras de cerámica, estatuas de plata, joyas y huesos humanos- y se los llevó del Perú, se suponía que este era un préstamo por doce meses (periodo que se extendió más tarde por seis meses adicionales). La National Geographic Society, que co-auspició las exploraciones de Bingham ha confirmado que los artefactos fueron retirados en calidad de préstamo, y está comprometido a verificar y apoyar que estos sean devueltos al Perú.
Entre los años 2001 y 2006, durante la presidencia de mi esposo, Alejandro Toledo, participé en las negociaciones con Yale sobre las piezas. El Perú requirió la devolución de todo lo que Bingham había retirado de Machu Picchu, y el Presidente Toledo, con el apoyo tanto de la National Geographic Society, del Senador Christopher Dodd, de Connecticut y otros congresistas norteamericanos conversó sobre esta demanda peruana directamente con el rector de Yale, Richard C. Levin. Ese diálogo se rompió, sin embargo, cuando Yale se negó a aceptar nuestra primera condición que era el reconocimiento de que el Perú es el único propietario de las piezas.
La Universidad tampoco permitió que realizáramos un inventario de las reliquias, bajo el pretexto de que el arqueólogo que habíamos seleccionado no estaba calificado para hacerlo. El Embajador del Perú en Washington trató de reanudar las conversaciones con Yale, pero, hacia el inicio del 2006, era claro que la Universidad quería ganar tiempo. El gobierno del Presidente Toledo terminó en julio de 2006, y un año y algunos meses más tarde, un nuevo Acuerdo de Entendimiento fue anunciado.
De acuerdo con el "Memorandum de Entendimiento " entre Yale y el Presidente García, el Perú se compromete a construir un museo y un centro de investigación en el Cusco, la ciudad más cercana a Machu Picchu, donde parte de la colección sería exhibida. Yale sería una institución asesora del centro, y se encargaría de seleccionar que piezas serían entregadas al museo. El derecho soberano del Perú a ejercer la propiedad de la colección no ha sido reconocido, y queda claro que Yale mantendría una proporción significativa de los materiales.
Al Perú, como lo plantearon antes, no se le permitirá realizar un inventario propio. Solamente cuando el museo haya sido construido cumpliendo con las especificaciones presentadas por Yale, sólo una porción de los materiales retornaría, permitiéndoles a los peruanos disfrutar de artefactos históricos que nunca han visto.
Es incomprensible los argumentos de Yale al pretender tener algún derecho a realizar un reclamo histórico sobre los artefactos. Para empezar, Bingham no tenía ninguna autoridad para transferir una propiedad del Perú. El acuerdo refleja una mentalidad colonial de pensar, no digna de una institución académica de prestigio. De hecho, Yale ha ido un paso más allá respecto de las negociaciones hechas con el Presidente Toledo; la universidad está hoy en día atrevidamente demandando conservar para ella una parte significativa de la colección con fines de investigación durante los próximos 99 años.
Me pregunto si es pura coincidencia que Yale haya demorado las negociaciones con el doctor Toledo, el primer presidente oriundo elegido en el Perú, hasta que tomara el mando un nuevo jefe de Estado que es abiertamente hostil hacia los temas de pueblos oriundos
¿Por qué se hace tan difícil que Yale libere las colecciones después de casi un siglo de incumplimiento para retornar lo que se llevaron en calidad de préstamo? Ya es hora de que los investigadores peruanos, los ciudadanos, especialmente los descendientes de los Incas que guiaron a Bingham al antiguo complejo, tengan acceso a la colección.
El presente acuerdo debe ser desestimado y nuevas conversaciones deberían iniciarse, basadas en el reconocimiento de derecho soberano del Perú a la propiedad de todo lo que se retiró de Machu Picchu. Yale debería por fin devolver estas piezas que simbolizan la gran herencia histórica del Perú”.
Carta de la señora Eliane Karp Toledo profesora visitante de la Universidad de Stanford, enviada a El Diario del Cusco.
En PDF:
http://www.diariodelcusco.com/6.pdf
De a cuerdo 100% con la denuncia, pero decir: "... el doctor Toledo, el primer presidente oriundo elegido en el Perú..."
¡Por favor!... Toledo tiene de oriundo solo la pinta, por lo demás es tan o más gringo que Pedro Pablo Kushinski.
Yale se niega a devolver tesoros de Machu Picchu
“Cuando en setiembre pasado el Presidente Alan García llegó a un acuerdo preliminar con la Universidad de Yale sobre la disposición de más de 350 elementos sustraídos de Machu Picchu, esta parecía una gran idea. Todos tuvimos la esperanza de que este entendimiento entre las partes se convirtiera en un logro importante en medio de la turbulencia de la cooperación internacional.
Los reportes periodísticos sugirieron entonces que Yale devolvería más de 350 bienes de museo de alta calidad, además de muchos miles de fragmentos, considerados de interés principalmente para los investigadores especializados -todos los cuales fueron retirados del encumbrado complejo arqueológico Inca hace casi un siglo- y que la propiedad legal de todos ellos, incluidos los que Yale conservaría, pasarían a pertenecerle al Perú.
Pero al haber tenido acceso por fin a una copia del acuerdo, he podido comprobar que Yale continua negándole al Perú su derecho a ser propietario de su patrimonio cultural, algo que el Perú ha venido reclamando desde 1920.
Cuando en 1912, 1914 y 1915, el explorador Hiram Bingham III excavó los tesoros de Machu Picchu -jarras de cerámica, estatuas de plata, joyas y huesos humanos- y se los llevó del Perú, se suponía que este era un préstamo por doce meses (periodo que se extendió más tarde por seis meses adicionales). La National Geographic Society, que co-auspició las exploraciones de Bingham ha confirmado que los artefactos fueron retirados en calidad de préstamo, y está comprometido a verificar y apoyar que estos sean devueltos al Perú.
Entre los años 2001 y 2006, durante la presidencia de mi esposo, Alejandro Toledo, participé en las negociaciones con Yale sobre las piezas. El Perú requirió la devolución de todo lo que Bingham había retirado de Machu Picchu, y el Presidente Toledo, con el apoyo tanto de la National Geographic Society, del Senador Christopher Dodd, de Connecticut y otros congresistas norteamericanos conversó sobre esta demanda peruana directamente con el rector de Yale, Richard C. Levin. Ese diálogo se rompió, sin embargo, cuando Yale se negó a aceptar nuestra primera condición que era el reconocimiento de que el Perú es el único propietario de las piezas.
La Universidad tampoco permitió que realizáramos un inventario de las reliquias, bajo el pretexto de que el arqueólogo que habíamos seleccionado no estaba calificado para hacerlo. El Embajador del Perú en Washington trató de reanudar las conversaciones con Yale, pero, hacia el inicio del 2006, era claro que la Universidad quería ganar tiempo. El gobierno del Presidente Toledo terminó en julio de 2006, y un año y algunos meses más tarde, un nuevo Acuerdo de Entendimiento fue anunciado.
De acuerdo con el "Memorandum de Entendimiento " entre Yale y el Presidente García, el Perú se compromete a construir un museo y un centro de investigación en el Cusco, la ciudad más cercana a Machu Picchu, donde parte de la colección sería exhibida. Yale sería una institución asesora del centro, y se encargaría de seleccionar que piezas serían entregadas al museo. El derecho soberano del Perú a ejercer la propiedad de la colección no ha sido reconocido, y queda claro que Yale mantendría una proporción significativa de los materiales.
Al Perú, como lo plantearon antes, no se le permitirá realizar un inventario propio. Solamente cuando el museo haya sido construido cumpliendo con las especificaciones presentadas por Yale, sólo una porción de los materiales retornaría, permitiéndoles a los peruanos disfrutar de artefactos históricos que nunca han visto.
Es incomprensible los argumentos de Yale al pretender tener algún derecho a realizar un reclamo histórico sobre los artefactos. Para empezar, Bingham no tenía ninguna autoridad para transferir una propiedad del Perú. El acuerdo refleja una mentalidad colonial de pensar, no digna de una institución académica de prestigio. De hecho, Yale ha ido un paso más allá respecto de las negociaciones hechas con el Presidente Toledo; la universidad está hoy en día atrevidamente demandando conservar para ella una parte significativa de la colección con fines de investigación durante los próximos 99 años.
Me pregunto si es pura coincidencia que Yale haya demorado las negociaciones con el doctor Toledo, el primer presidente oriundo elegido en el Perú, hasta que tomara el mando un nuevo jefe de Estado que es abiertamente hostil hacia los temas de pueblos oriundos
¿Por qué se hace tan difícil que Yale libere las colecciones después de casi un siglo de incumplimiento para retornar lo que se llevaron en calidad de préstamo? Ya es hora de que los investigadores peruanos, los ciudadanos, especialmente los descendientes de los Incas que guiaron a Bingham al antiguo complejo, tengan acceso a la colección.
El presente acuerdo debe ser desestimado y nuevas conversaciones deberían iniciarse, basadas en el reconocimiento de derecho soberano del Perú a la propiedad de todo lo que se retiró de Machu Picchu. Yale debería por fin devolver estas piezas que simbolizan la gran herencia histórica del Perú”.
Carta de la señora Eliane Karp Toledo profesora visitante de la Universidad de Stanford, enviada a El Diario del Cusco.
En PDF:
http://www.diariodelcusco.com/6.pdf
De a cuerdo 100% con la denuncia, pero decir: "... el doctor Toledo, el primer presidente oriundo elegido en el Perú..."
¡Por favor!... Toledo tiene de oriundo solo la pinta, por lo demás es tan o más gringo que Pedro Pablo Kushinski.
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