lunes, 15 de diciembre de 2008

El Comercio: Espectáculos musicales dieron la hora en el 2008

Mucho ruido.

... Y POCAS NUECES. A PESAR DE QUE LIMA SE PARECE MÁS A BUENOS AIRES, FALTAN MÁS ELEMENTOS PARA DINAMIZAR AL SECTOR ESPECTÁCULOS. LOS AUSPICIADORES PODRÍAN ELEVAR EL NIVEL DE LOS CONCIERTOS

Por Luis Felipe Gamarra

Este ha sido un año atípico para los fanáticos del rock. En los últimos meses han tenido que descartar numerosos espectáculos, en un intento desesperado por dividir la billetera entre Megadeth, White Snake, Deep Purple, R.E.M., Duran Duran, Jesus And Mary Chain, Kylie Minogue, Calamaro y Los Fabulosos Cadillacs. Tal como pasó en el 2007, año en el que hicieron malabares para no perderse a Collective Soul, Roger Waters, Riders On The Storm, Napalm Death, Soda Stereo y Björk.

Y ni qué decir de los salseros, que pasaron por el mismo calvario entre Héctor Manuelle, Gilberto Santa Rosa y Willie Colón; y los reggaetoneros, entre Calle 13, Tego Calderón, Daddy Yankee, Héctor El Father y Wisin & Yandel.

Desde que el Congreso redujo el Impuesto a la Renta a los eventos no deportivos de 30% a 15% (sobre el valor de las utilidades) y eliminó el impuesto municipal (15% sobre el valor de las entradas), Lima se parece más a Buenos Aires. Sin embargo, para los promotores de espectáculos, la L de Lima sigue bastante lejos de las letras A, B y C (Argentina, Brasil y Chile) del abecedario musical de la región.

"La reducción de los impuestos contribuye muchísimo. Pero para decir que Lima es parada oficial falta todavía. Lima ha crecido rápido en los últimos tres años, pero tampoco es que el público haya crecido de la misma manera", explica Christian Fernández, de Fénix Entertainment Group (Argentina), que trajo a Kylie Minogue y Duran Duran al Perú.

Fernández señala que el mercado de espectáculos musicales en Lima lo componen alrededor de 50.000 personas (5.000 más que la capacidad total del Estadio Nacional). Para él, la torta es bastante pequeña: mientras más eventos se concentren en un solo mes (como noviembre), cada espectáculo recibirá un pedazo más pequeño del (pequeño) pastel.

Según Fernández, en otras plazas de América Latina no se repite el mismo dilema: "En Argentina existen más de 300.000 personas que asisten a conciertos una vez al mes. En Brasil, Río y Sao Paulo duplican la cifra. El Perú va en ese camino. Pero depende de muchos factores".

¿POR QUÉ NO VINO U2?
Para Jorge Ferrand (Pro Art), la eliminación del 15% sobre la taquilla dinamizó el sector como nunca antes lo observó en sus 30 años de experiencia. El mercado se ha incrementado, afirma, a pasos agigantados en los últimos tres años, a partir de la oferta y la demanda, gracias al crecimiento económico.

Sin embargo, para él, a pesar de que el tema impositivo esté casi al mismo rango que en países como Chile, Argentina o Colombia, se necesitan más auspiciadores para mirar sin envidia a Buenos Aires. "Yo he tenido la opción de traer a los Rolling Stones, U2 y Madonna. Pero me faltaron auspiciadores. Madonna me costaba US$5 millones. Vendiendo 40.000 entradas en el Estadio Nacional a US$100 me faltaba US$1 millón para pagarle y le quedaba debiendo a toda la producción del concierto. Si no vienen bandas más importantes de las que ya han venido, es por culpa de los auspiciadores", aclara Ferrand.

Lalo Ponce, de Live Entertainment; Coqui Fernández, de People & Music; y Jair Toledo, de Kandavu, tienen la misma opinión: sin más auspicios no habrá conciertos grandes.

Este año, el escenario es mejor que el del 2004, año en el que empresarios del espectáculo, como Ferrand, afirmaban que no valía seguir sencillamente porque los tributos aumentaban en más del 50% la producción de un espectáculo.

Pero, a pesar de lo que se pensó, tras la reducción de los impuestos el valor de las entradas no ha disminuido significativamente: "Hay menos impuestos, pero traemos bandas más importantes, que cobran más, que exigen mejor infraestructura, sonido, luces y seguridad, lo que termina elevando todos tus costos", afirma Fernández.

Para Ferrand, que pertenece a la generación de promotores de espectáculos de Show S.A., Chomin's y Sachún --que trajeron los primeros espectáculos de Pandora, Ricardo Montaner, Luis Miguel, Manzanero, Thalía y Roxette--; en el 2008, más que eventos, ha habido mucho descontrol: "Hay empresas que se han creado este mismo año, y de pronto han traído grandes bandas, alquilando el Nacional. Pero ninguna habla de cifras. Creen que porque bajan los impuestos todo es más fácil. Crean una sensación irreal de éxito". Ningún promotor con el que conversamos quiso revelar costos, rentabilidad, ni, mucho menos, honorarios de los artistas.

Para Ferrand, hay que bajar la velocidad. "En el 2007 tuve la opción de traer a U2 (US$2 millones) y Rolling Stones (US$2,8 millones), pero no tenía patrocinador. Ese debe ser el próximo paso".

En Argentina, según Fernández, las empresas acostumbran a promover conciertos en su partida de márketing. En el Perú, ¿Qué están esperando?

¿Y LA CRISIS?
No dejen de venir


Según diversos promotores, en el 2009 estarán de gira por América Latina bandas y solistas como AC/DC, Kiss, Depeche Mode, Oasis, Radiohead, Cerati, Alanis Morissette y Elton John, que tranquilamente podrían aterrizar en el Jorge Chávez. Todo dependerá de los patrocinadores. ¿Y la crisis? Según Lalo Ponce (Live Entertainment), que trajo a Roger Waters y Björk, los espectáculos no sufren mucho los estigmas de las crisis económicas, porque la gente huye de los problemas a través del entretenimiento. En eso, la mayoría de promotores coinciden. Para productores como Coqui Fernández (People & Music), que trajo a R.E.M., o Jair Toledo (Kandavu), que reunió a más de 100.000 personas en sus espectáculos del 2008, la falta de locales (solo existe la explanada del Monumental, el Nacional y la explanada del Jockey) podría frenar la rapidez del sector.

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