11 de junio del 2008
Explanada del Estadio Monumental
Luego de un viaje de 19 horas en carro y de haber descansado un día en Lima me encontraba con mi hermano, mis patas y primos ahí en la cola, chela en mano luego de una comilona espectacular, todos listos para la descarga de Mustaine y su banda, faltaban ya pocas horas para la sinfonía de destrucción, el conteo regresivo había terminado, era el esperado 11 de junio.
Los patas cusqueños fueron llegando poco a poco, al final éramos alrededor de 14 que nos zampamos a una cola con la habitual sonrisa nerviosa de las esperas que siempre desesperan, en esos casos no hay mejor cosa que una cerveza… Lo primero que noté era la emoción de la gente que llegaba, como si no lo pudieran creer, quizás todos queríamos sentir la descarga de la banda para darnos cuenta que era cierto, que no estábamos soñando. Todos muy amigables, la gran mayoría se confundía entre polos negros con diversas portadas de los álbumes de la banda, siempre con una sonrisa o algún comentario sobre el set list, el nerviosismo general era evidente. El ingreso se desarrolló sin sobresaltos y menos mal camuflé bien mi cámara, apenas entramos la gente estaba ya vivando por Megadeth, el escenario sobrio, oscuro con el logo enorme de la banda, aprovechamos para unas fotos, otros para comprar los polos y demás merchandising, sin embargo la decepción vino rápidamente NO vendían cerveza… en vez de ello te regalaban unas bolsitas de maní con el logo de Hepabionta, algunos despistados no dieron con que se trataba de publicidad y juraban que era el conocido medicamento para el hígado… “han pensado en todo” dijo el Pólux ingenuamente. Otros desesperados compraron “café irlandés” (café con trago, más trago que café) o cerveza camuflada a precios de locura.
Las horas transcurrieron como ocurre en estos casos en slow motion, y las localidades aún no estaban repletas, lo cual nos dio tema para polemizar con la gente mientras esperábamos, algunos optimistas aseguraban que se llenaría, otros pensaban lo contrario, menos mal faltando 15 minutos para las 21:00 horas las localidades de United Abominations estaban casi repletas y las ansias invadieron a todos, el público variopinto, desde fanáticos con banderas y polos originales, hasta tíos mas serios y solapados, chibolos quinceañeros con una pancarta hecha en cartulina que decía “Dave Mustaine president of the USA”, hasta tías con pinta de meretrices, además de metaleros con sus mejores atuendos de cuero y broches de metal, parejitas de metalero/metalera emocionados y apachurrados en el frío húmedo del invierno capitalino, e insisto, una buena onda contagiosa que presagiaba una noche espectacular, también reconocí a algunos metaleros de aquellos tiempos, algunos de ellos miembros de bandas añejas y otros todavía de la época de la colmena.
Finalmente un técnico de iluminación fungió de hombre araña y trepó intrépidamente a hasta lo más alto del escenario para arreglar unas luces, la hinchada no se hizo esperar, el spider cholo nunca volverá a recibir tamaña ovación así vuelva a nacer. Luego tuvimos que entretenernos con la música, cuando el reloj marcó las 20:55 horas empezó a sonar “Run to the Hills” de Maiden y desde ese momento no dejamos de corear el nombre de Megadeth, Megadeth, Megadeth…
Las luces se apagaron y el intro de “Sleepwalker” empezó sonar cuando la gente aún no se cansaba de vociferar el nombre de la banda y aún cegados por las luces que nos iluminaban desde el escenario es que divisamos a Dave Mustaine, al tipo que tantas veces hemos visto en videos y DVD, al greñudo rudo que hace 19 años conocí a través de los LP’s de vinilo lo tenía por fin al frente. La emoción generalizada nos sacó de esa impresión inicial de fascinación y rápidamente fuimos devorados por la vorágine de un concierto de thrash metal. Muchos cantaban a gritos las letras de este último himno de Megadeth mientras la mancha de cusqueños nos desperdigamos por el frenesí de momento de pronto ya estábamos mezclados entre el sudor de los fans que gritábamos ensordecedoramente mientras éramos engullidos por la delirante masa de polos negros y pelos largos.
Las luces se apagaron y el intro de “Sleepwalker” empezó sonar cuando la gente aún no se cansaba de vociferar el nombre de la banda y aún cegados por las luces que nos iluminaban desde el escenario es que divisamos a Dave Mustaine, al tipo que tantas veces hemos visto en videos y DVD, al greñudo rudo que hace 19 años conocí a través de los LP’s de vinilo lo tenía por fin al frente. La emoción generalizada nos sacó de esa impresión inicial de fascinación y rápidamente fuimos devorados por la vorágine de un concierto de thrash metal. Muchos cantaban a gritos las letras de este último himno de Megadeth mientras la mancha de cusqueños nos desperdigamos por el frenesí de momento de pronto ya estábamos mezclados entre el sudor de los fans que gritábamos ensordecedoramente mientras éramos engullidos por la delirante masa de polos negros y pelos largos.
Foto:Ayar Salazar
Mi primera impresión fue que el sonido no estaba del todo OK, le faltaba mayor fuerza a las guitarras, la batería y bajo se comían incluso la voz de Dave, menos mal mi fastidio duró poco, pues los niveles de audio fueron corrigiéndose poco a poco, pero igual pasé un susto terrible durante los primeros 3 temas, “Wake up dead” y “Take no prisoners” nos taladraron el cerebro mientras la gente saltaba y pogueaba con mucha energía. El clásico “Skin ‘o my teeth” nos regaló un sonido mucho mas limpio, James Lomenzo se comía el escenario con una maestría de un bajista curtido con un kilometraje increíble sobre los tabladillos, su impresionante figura se robaría el show gran parte de la noche, mientras Broderick tomaba mayor protagonismo y Mustaine cobraba mayor prestancia en las voces.
Mustaine saludó a todos en español “Bienvenidos a la casa de Megadeth” luego bromeó al igual que lo hizo en toda esta gira por Sudamérica sobre su mal español, sin embargo mal no lo hacía. “Washington is next” es un temonazo del último trabajo de Megadeth vino seguido de otra ráfaga adrenalínica junto a “Kick the chair” que empalmaron magistralmente con “In my darkest hour” uno de los opus mas ovacionados por la hinchada Megadetiana, Mustaine como siempre cantó este tema con todo el feeling posible y todos coreamos a rabiar. Luego de la ovación hacia Mustaine, que se repetiría durante toda la noche vino “Hangar 18” con el pogo y desenfreno de la audiencia, aunque debo mencionar que aquí nuevamente se notaron algunos problemas en el sonido, la guitarra de Mustaine muy por encima de la de Broderick y el bajo que saturaba un poco, hacia la mitad por el momento de los solos mas fieros mejoró mucho felizmente.
El siguiente segmento del concierto fue el mejor tanto en emotividad como en ejecución, la banda se lució como la gran maquinaria que es. Mustaine presentó “Gears of war” tema guerrerazo del último disco para luego salir del escenario y dejarlo a oscuras para que Broderik dé el inicio a “A toute le monde”, mientras Dave salió con una bandera peruana que colgó en el atril de su micro, en aquel momento mágico el viento se alió con Dave Mustaine y la bandera empezó a flamear justo cuando comenzaron las gloriosas letras que todos cantamos a unísono incluso con la estrofa en francés de este espectacular himno del Youthanasia, álbum que a mi parecer debió tener mayor presencia en el set list.
Foto: Ayar Salazar
A partir de este momento el sonido estuvo espectacular y por fin Chris Broderick pudo lucirse con el hermoso solo de este clásico, como si fuera poco otro tema del álbum mas querido de la banda Rust in Peace, nada menos que “Tornado of souls”. Shawn Drover lucía la camiseta peruana de futbol y golpeaba la batería con firmeza. Luego vendrían dos de los temas mejor ejecutados esa noche, quizás menos famosos y menos clásicos pero muy complejos musicalmente hablando “Ashes in your mouth” con un duelo de guitarras que dejó boquiabiertos a todos, en ese tema casi no hubo pogo, todos estábamos extasiados con Dave y Chris regalándonos un impresionante segmento de tecnicismo y virtuosismo musical. “Burnt Ice” con explicación y bromas previas por parte de Mustaine también estuvo a la misma altura, otro tema complejo y perfectamente ejecutado.
Luego el monumental se vino abajo, “Symphony of destruction” donde se inmortalizó el “Megadeth, Megadeth PERÚ es Megadeth”, luego “Sweating Bullets” ambas del inmortal álbum “Countdown to extinction”.
Ni siquiera nos habíamos dado cuenta y ya estaba James Lomenzo con las líneas de bajo introductorias a uno de los más esperados de la noche “Trust” con el segmento cantado en español incluido, todo un lujo. La gente ya estaba enloquecida, unos fans llevaron una super banderola que la banda exhibió en el escenario con mucho orgullo, en todo momento la relación entre la banda y audiencia fue de mutuo respeto y agradecimiento, Mustaine muchas veces agradeció y se dirigió al respetable con gestos emocionados, solo atinábamos a corear el nombre de esté ícono de Metal una y otra vez. El final del concierto se veía venir, pero yo no estaba dispuesto a soportar que no toquen “She Wolf” , el set list no estaba en el mismo orden que en otras fechas en Sudamérica, aunque si los mismos temas, pero por un momento pensé que se saltearían este tremendo tema, felizmente a solo segundos de gritarle “Dave… toca She Wolf” es que empezó este tema. Alguna vez escuché que una de las características de los fanatismos más enfermizos y esquizofrénicos del ser humano se demuestra cuando por ejemplo nos abrazamos eufóricamente con desconocidos en un partido de fútbol, eso me ocurrió ese momento cuando una mancha que estaba por mi lado, exactamente al frente de Dave y que gritaban también por este tema me alojaron en su círculo para cantar a gritos “One look in her lusting eyes
Savage fear….” el duelo de guitarras final fue magistral como siempre.
Foto: Fernando Allain
El final del concierto era inminente, “Peace sells” nos sacudió a todos, aunque no incluyeron la versión con “Mechanix”, igual fue genial, el pogo no se hizo esperar y los gritos ensordecedores tampoco. La banda dejó el escenario para que los ovacionemos una vez más y volvieron para el último tema no sin antes prometer que volverán… “Holy wars” terminó por devastar a todos, una verdadera masacre thrash que Lima no olvidará jamás, como dato curioso un tipo se subió al escenario y fue neutralizado brutalmente por la seguridad de la banda, quizás el efecto post Dimegag Darrell haya dejado muñequeados a mas de uno por una fracción de segundo. Dave sin embargo recriminó con la mirada al tipo de seguridad por usar la violencia mientras no dejaba de solear. El fin había llegado y con ellos la banda en pleno sobre el escenario repartiendo uñas y baquetas con el fondo de “Silent Scorn”, un momento super impresionante que jamás olvidaremos, Dave se despidió con su característico “You’re a good audience”…. “We’re Megadeth… Good night” con los brazos en alto para luego lanzar sus muñequeras a la audiencia que gritaba su nombre aún minutos después que su rubia melena se perdiera tras el escenario luego de regalarnos una hora y cuarenta y cinco minutos de éxtasis total.
Foto: Fernando Allain
Setlist:
Sleepwalker
Sleepwalker
Wake up dead
Take no prisoners
Skin o' my teeth
Washington is next
Kick the chair
In my darkest hour
Hangar 18
Gears of war
A tout le monde
Tornado of souls
Ashes in your mouth
Burnt ice
Sweating bullets
Symphony of destruction
Trust
She wolf
Peace sells
Holy wars
FOTOS: AYAR SALAZAR
FOTOS : FERNANDO ALLAIN (excelente calidad) visitar: http://www.flickr.com/photos/andresallain/2576867206/
FOTOS : FERNANDO ALLAIN (excelente calidad) visitar: http://www.flickr.com/photos/andresallain/2576867206/
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